Por Jesús Suárez
Los dos mejores de la temporada regular.
Después de sortear sus no fáciles series de postemporada, los dos equipos
con mejor desempeño en la campaña regular del béisbol de Grandes Ligas se
enfrentarán a partir de las 8:07 PM del miércoles 23 de octubre en la 108 Serie
Mundial. Es decir, los representantes de la Liga Nacional, los Cardenales de
San Luis (97-65) visitarán ese día en Fenway Park a los vencedores de la Liga
Americana, los Medias Rojas de Boston (97-65).
El punto de más victorias en la campaña regular reviste su importancia,
porque muchos tradicionalistas se han quejado de que la expansión de la
postemporada a ocho equipos (en 1994) y a 10 (en el 2003) provoca demasiadas posibilidades
de imprevistos en un juego en que ya de por sí está lleno de sorpresas.
Me imagino que muchos de ellos pensarán en los Marlins de la Florida, que
sin vencer nunca en su División (Este de la Nacional) y mucho menos ser el
equipo con más victorias en su Liga en la temporada regular, ganaron dos
famosas Series Mundiales: en 1997 (contra los Indios de Cleveland) y el 2003
(contra los Yankees de Nueva York).
La pelota es redonda y viene en caja cuadrada. O como se titula
el libro del 2003 de Michael Lewis sobre Billy Beane: Moneyball: The
Art of Winning an Unfair Game. Por cierto, aún con todas sus tácticas y que le saliera bien el
contrato del cubano Yoenis Céspedes ($36
millones en cuatro años para alguien de 27 años que nunca había jugado en Grandes
Ligas), Beane sigue aún buscando ganar el último juego de la temporada con sus
Atléticos de Oakland.
En fin, todo esto ha llevado a señalamientos de que muchas veces los
mejores equipos no juegan en la Serie Mundial.
Y ciertamente, los dos mejores equipos en una temporada regular no se
enfrentan desde hace ¡14 años! Cuando los Yankees de Nueva York vencieron en
cuatro encuentros a los Bravos de Atlanta.
Historia de dos ciudades
Los Cardenales de San Luis son la franquicia más exitosa de la Liga
Nacional, con 11 victorias en Series Mundiales (segundos todo el béisbol sólo
después de los 27 triunfos de los Yankees de Nueva York) en 19 oportunidades.
Mientras tanto, los Medias Rojas de Boston han jugado en siete Clásicos de
Octubre, ganando siete de ellos.
Los Cardenales y los Medias Rojas se han visto frente a frente en tres
Series Mundiales. Y en cada una de ellas ha sido una ocasión histórica.
En 1946, los Cardenales ganaron cuando estando empatado el séptimo y último
juego 3-3 en el octavo inning, vino la famosa Carrera Loca de Enos Slaughter,
quien con dos outs, anotó desde primera base con un sencillo de Harry Walker a
lo corto del left-center sobre la cabeza del short stop Johnny Pesky.
La carrera de Slaughter es de grata recordación para los cubanos, porque el
coach de tercera base de San Luis era Miguel Angel González, quien dio la orden
con sus brazos para que Slaughter siguiera hacia la goma. Como siempre, algunos
detractores dicen que Slaughter ni vio a Miguel Angel y siguió para el plato por
cuenta propia. También otros aseguran que Slaughter anotó porque Pesky titubeó
antes de tirar a home.
Pero Miguel Angel, no te preocupes: ¡Tú y Adolfo Luque quedaron
inmortalizados por Ernest Hemingway en “El viejo y el mar”! (“Who is the greatest manager, really, Luque
or Mike Gonzalez? -- I think they are equal.”)
En 1967, los
Medias Rojas fueron bautizados con el nombre de “El sueño imposible”. Pero
realmente, esto parece más un poco de propaganda, porque Boston contaba en sus filas
con superastros como Carl Yastrzemski, quien ese año ganó la Triple Corona y el
título de Jugador Más Valioso de la temporada, y el lanzador Jim Lonborg, quien
esa temporada fue el Cy Young de la Liga Americana.
Pero los
Cardenales, que habían ganado 101 juegos en la temporada regular (10.5 juegos
sobre los Gigantes de San Francisco), presentaron a un lanzador como Bob Gibson
(Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, al ganar tres juegos que lanzó
completos), así como una alineación donde estaban el boricua Orlando Cepeda
(Jugador Mas Valioso de la Liga Nacional en la temporada regular), Lou Brock
(quien no sólo bateó para .414 durante la serie, sino que robó tres bases en el
séptimo juego y siete en total para un record aún vigente), Roger Maris (Dos
veces Jugador Más Valioso de los Yankees y quien bateó .385 durante la serie), el
receptor Tim McCarver, y Curt Flood, entre otros.
La serie llegó al séptimo juego y cuenta
McCarver que antes del mismo, los diarios de Boston enojaron a los Cardenales
con un titular que decía: Lonborg and Champagne"
Resultado:
los Cardenales se impusieron 7-2 en el séptimo encuentro y ganaron la Serie.
En el 2004,
los Medias Rojas perdieron sus tres primeros juegos en la Serie por el
Campeonato de la Liga Americana contra los Yankees, con lo que parecía que se
encaminarían otro año más a cumplir con “La maldición del Bambino” (Boston no
ganaba una Serie Mundial desde 1918, según algunos porque en la postemporada de
1919 los Medias Rojas vendieron a Babe “El Bambino” Ruth a los Yankees).
Y perdiendo en
el cuarto juego, Boston ganó en 12 entradas con un jonrón del dominicano David
Ortiz, quien volvió a conectar un hit decisivo en la décimo cuarta entrada del
quinto encuentro. A continuación Curt Schilling lanzó (y ganó) “el juego de la
media ensangrentada” y con la serie empatada a tres, Boston venció en el
séptimo juego 10-3.
Y cómo dijo
el francés Roger Caillois que la única verdad en los juegos es que no hay quien
pare a alguien que está en racha, en la Serie Mundial los Medias Rojas
barrieron en cuatro juegos a los Cardenales.
Los equipos
se enfrentaron por última vez en los juegos interliga del 2008, en los que San
Luis venció 2-1 en los tres juegos que disputaron en Fenway.
La
batalla de los bullpens
“Todo el que sobresale en derrotar a sus enemigos,
triunfa antes de que las amenazas de ellos se hagan reales”. El arte de la guerra, Sun Tzu (544 AC-496 AC).
“Saber cómo se gana ayuda a uno mismo y al prestigio,
esto es el camino de la estrategia”. El libro de
los cinco anillos, Miyamoto Musashi (1584-1645).
A principios
de la década de 1990, los Bravos de Atlanta comenzaron a coleccionar pitchers
abridores estelares como Tom Glavine, Steve Avery y John Smoltz, pero perdieron
en 1991 la Serie Mundial ante los Mellizos de Minnesota. En 1992, los Bravos
volvieron al Clásico de Otoño, y cayeron ante los Azulejos de Toronto. En 1994
Atlanta firmó al superastro del montículo Gregg Maddux, con lo que se dijo que
tenían el mejor cuerpo de lanzadores en todo el béisbol. Pero Atlanta cayó en
la Serie por la Liga Nacional ante los Filis de Filadelfia.
Por fin los
Bravos ganaron su Serie Mundial en 1995, al vencer a los Indios de Cleveland.
Pero siguieron las decepciones, y Atlanta cayó en las Series Mundiales de 1996
y 1999 ante los Yankees.
Y para colmo,
en el período (1991-1998) los lanzadores de Atlanta habían ganado seis premios
Cy Young.
¿Qué pasaba?
Siempre se había dicho que cuando había pitchers no había bateadores.
Pero los
especialistas comenzaron a ver que los Bravos tenían buen pitcheo abridor, pero
su bullpen no estaba a la misma altura. Y que esto ultimo podia ser decisive en
una serie corta entre dos equipos parejos.
Y la
importancia de un buen bullpen quedó clara cuando, para poner sólo un ejemplo,
en el segundo juego de la reciente serie por el Campeonato de la Americana, los
Medias Rojas esperaron pacientemente que el abridor de Detroit Max Scherzer (21-3,
2.90 durante la campaña regular) tuviera que dejar el juego por más de 100 lanzamientos
(102), para castigar al bullpen de los Tigres, incluyendo un jonrón con las
bases llenas de Ortiz. El sábado fue el turno del hawaiano Shane Victorino, que
luego de la salida de Scherzer después de 106 lanzamientos, conectó otro
cuadrangular con las bases llenas para decidir el encuentro.
Y tanto
Boston como San Luis se enfrentaron a dos de los cuerpos de lanzadores más
grandes de la actualidad en su serie de Campeonato, pero se impusieron por sus
bullpens. Los Medias Rojas con figuras experimentadas como los japoneses Koji
Uehara (Jugador Más Valios de la Serie por el Campeonato de la Liga Americana)
y Junichi Tazawa, Ryan Dempster, Craig Breslow y otros. Mientras que los
Cardenales, con astros jóvenes como Trevor Rosenthal, el dominicano Carlos
Martínez, Kevin Siegrist y Seth Maness.
Oráculo reservado
¿Quién ganará
esta próxima Serie? Sería un poco elusivo de mi parte de irme de estas líneas sin
dar un candidato a pesar de lo cerrado que se presenta la pelea. Mi opinion: aunque
los Medias Rojas juegan cuatro de los siete juegos en su ciudad y están en una
temporada mágica, en que pasaron del último lugar de su división el año pasado
al primero en éste, van a ganar los Cardenales en seis juegos.
Mi razón: el
catcher de los Cardenales, el boricua Yadier Molina, quien sabra conducir major
que nadie a su bullpen, como a sus abridores estelares: Adam Wainwright y el
sorprendente tejano Michael Wacha.
Pero por
favor, si van a apostar, háganlo por su cuenta y riesgo, y no se basen en este
análisis.
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