LOS GENEROS: EL CINE ROMANTICO
Por Jesús Suárez
LOS CALIEXITOS: CASABLANCA Y ALGO PARA RECORDAR
Siempre me ha llamado la atención el misterio de esas
obras de arte que son a la vez un éxito con los espectadores que sólo quieren
disfrutar un momento agradable y un triunfo con los que las analizan
técnicamente pulgada a pulgada. Ejemplos serían algunas novelas y cuentos de
Hemingway, varias canciones de Los
Beatles. Los éxitos para el gran público, pero con calidad. O, usando nuestra
nomenclatura: los Caliéxitos.
En el mundo del cine mi caliéxito favorito es una película que se filmó a toda velocidad en
menos de tres meses: Casablanca
(1942). No fue el primer caliéxito,
pues tres años antes hizo su debut Lo que
el viento se llevó (Gone with the
Wind, 1939), que recaudó casi 19 veces más que Casablanca y también fue altamente valorada por los expertos. Lo
particular en Casablanca fue que
muchas cosas conspiraron en su contra para que se convirtiera en lo que llegó a
ser.
Por ejemplo: todos hablan de la química entre los
protagonistas: la sueca Ingrid Bergman, quien interpreta a la noruega Ilsa Lund; y Humphrey Bogart, quien se
hizo cargo de su primer papel romántico ante las cámaras con el personaje del
cínico y distante Rick. Pero hay que
recordar que Bergman era dos pulgadas más alta que Bogart, lo que causó varios
problemas técnicos durante la filmación. Además, éstas no fueron las primeras
selecciones del director húngaro Mihály Kertész, más conocido por estas tierras
como Michael Curtiz. Para el papel de Ilsa, Curtiz y el productor Hal B. Wallis
consideraron a Hedy Lamarr, Michele Morgan y Ann Sheridan; y para el de Rick, a George Raft y al mismísimo
futuro presidente estadounidense Ronald Reagan.
Curiosamente, a pesar de su gran éxito en esta película,
Bergman y Bogart, quienes interpretaban juntos por primera vez, no volvieron a trabajar ambos en una misma
cinta. Y Curtiz, quien ganó el Oscar al
Mejor Director, no obtuvo de nuevo
una de estas estatuillas a pesar de estar nominado por filmes como Captain Blood (1935), Angels with Dirty Faces (1938), Four Daughters (1938) y Yankee Doodle Dandy (1942). Esto sin
mencionar otras excelentes películas suyas que no fueron candidatas al premio
de la Academia, como The Adventures of
Robin Hood (1938) y White Christmas
(1954).
También todos hablan de la música, de la famosa
canción As Time Goes By (Según pasan
los años), interpretada por el personaje de Sam
(Dooley Wilson). Pero primero que todo, el tejanoWilson era baterista, por lo
que no es de extrañar que en las pocas veces en la película que se ven sus manos sobre el teclado, es para
aporrearlo. Y la canción, compuesta 11 años antes por Herman Hupfeld como parte
del musical de Broadway Everybody’s
Welcome (1931), no había llamado la atención hasta que se vio en Casablanca.
Muchas cosas más se podrían decir sobre esta obra
maestra, como su famoso final en que Ilsa
y Rick renuncian a su amor por una causa más importante, la lucha por un
mundo libre en cualquier parte del mundo en que ésta sea necesaria. Por ello,
no queremos dejar de mencionar que en el Festival
de Cine de Río de 1987, Joao Luiz Albuquere reeditó una de las copias de la
cinta para mostrar, en una sesión privada, que al final Ilsa no se va en el avión, sino que regresa a los brazos de Rick.
Por
todo ello, “Play it once, Sam. For old times’ sake. Play it, Sam. Play As Time Goes By”.
El sitio web del American Film Institute (AFI), en su sección
“100 años…100 pasiones de AFI”, selecciona al romance de Rick e Ilsa como el mejor
de todos los tiempos en el cine estadounidense, seguido por Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, 1939), Amor sin barreras (West Side Story, 1961), La
Princesa que quería vivir, o como prefieren los españoles Vacaciones en Roma (Roman Holiday, 1953)
y Algo para recordar (An Affair to Remenber. 1957).
Esta última narra la historia del playboy y pintor Nickie
Ferrante (interpretado por Cary Grant) y la cantante de bares elegantes Terry McKay (Deborah Kerr). Ambos están
a punto de casarse con millonarios, pero se conocen a bordo de un crucero, en
el que viajan solos, y surge primero una amistad entre ellos, lo que poco a
poco se convierte en un romance.
Los dos deciden hacer una prueba y se dan cita dentro de
seis meses en el piso 102 Empire State en Nueva York par a ver si aún se
mantiene la pasión entre ellos.
Pero al igual que el destino encontró una forma de que se conocieran, también halló una de
separarlos, y Nickie asiste a la cita
y espera hasta la medianoche, pero Terry no
llega. A partir de entonces el romance se convierte en tragedia. Pero pueden
seguir sin temor adelante, porque hasta aquí vamos a contar el argumento.
La película es una nueva versión (aunque casi idéntica,
pues se hizo con el mismo guión) de la que el director Leo McCarey había hecho
en 1939, titulada Love Affair, en la
que los intérpretes eran Irene Dunne y el francés Charles Boyer.
Hay que decir que McCarey era un conocedor del género,
pues ganó un Oscar al Mejor Director por su comedia romántica Terrible verdad, también conocida como La pícara puritana (The Awful Truth, 1937), en la que los protagonistas eran (¿causalmente?)
Irene Dunne y Cary Grant.
El gran cineasta francés Jean Renoir dijo en una ocasión
que McCarey era uno de los mejores directores estadounidenses porque: “él
realmente entiende a la gente”. En realidad, lo que McCarey entendía era a los
actores. El consideraba que no se debía interferir con el elenco si éste había
sido bien escogido.
Por otra parte, aquí las actuaciones del anglo
estadounidense Grant y la escocesa Kerr tienen una química particular. Hay que
recordar que Grant fue considerado por la AFI como el segundo mejor actor de
todos los tiempos en el cine estadounidense, sólo después de Humphrey Bogart.
Y Kerr, una actriz de una belleza con distinción, seis
veces candidata al Oscar a la Mejor Actriz, siempre ha sido considerada como el
ejemplo de la elegancia y la gracia naturales.
Por ello es curioso mencionar que aunque Grant y Carr
trabajaron juntos antes: La mujer soñada (Dream
Wife, 1953) y después, Página en
blanco (The Grass is Greener, 1960),
no lograron en esas cintas la compenetración interpretativa que mostraron en An Affair to Remember.
Al éxito de la cinta contribuyó sin dudas la canción An Affair to Remenber (también conocida
como Our Love Affair), interpretada
por el neoyorquino Vic Damone, que estuvo durante 16 semanas en el primer lugar
del hit parade de Estados Unidos.
Y hay que considerar el popular tema de la renuncia, pues
ambos prefieren dejar a un lado un matrimonio que les ofrecía riquezas, por
otro que les traería el amor.
Pero para mí, un lugar especial lo ocupan las citas de la
película. Por ejemplo:
Nickie sugiere el famoso edificio neoyorquino para la cita y Terry le dice que está de acuerdo
porque: “El Edificio del Empire State es el lugar más cerca del cielo en esta
ciudad”.
En la cubierta del crucero Terry pregunta: “¿Qué es lo que hace la vida tan difícil?” y Nickie le responde: “Las personas”.
Pero los dejo con mi favorita. la de Terry que dice: “El invierno debe ser frío para los que no tienen
recuerdos cálidos”.
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